No hace tanto ha trascendido, con alto impacto mediático, que Dan Plews, británico, se ha convertido en entrenador de Javier Gómez Noya y Pablo Dapena, dos grandes campeones del mundo. Se trata de un Doctor en Fisiología del deporte y triatleta amateur, que es definido por quienes mejor le conocen como un tipo “analista, meticuloso y muy de números”.
Ya hace años, Plews fundó Endure IQ, una plataforma que brinda formación y servicio de coaching deportivo, y comparte de manera habitual consejos e información sobre training y ciencia deportiva, tanto a través de las redes sociales corporativas como de las suyas personales.
Llama poderosamente la atención que su éxito, en parte, y su poder de convicción, radica en la simplicidad de algunos de sus planteamientos. De hecho, reduce a tres los consejos para cumplir objetivos.
En su opinión, escribir esos objetivos puede “reducir tu enfoque y proporcionar motivación y entusiasmo a corto plazo; tener esta claridad ayuda a filtrar cosas, actividades y personas que no respaldan nuestras metas”, lo que nos pone sobre las cosas realmente importantes y necesarias.
Conocer el por qué es decisivo, porque “puede ser el paso más relevante para hacerte responsable, encontrar esa razón”. Y, por descontado, ‘hacerlo divertido’: “si no disfrutas el camino, difícilmente llegarás hasta el final”. Es clave, siempre, en definitiva, encontrar un refuerzo positivo a tus actuaciones.
Cuajará con mayor o menor fuerza a menor internacional el mensaje de Plews, pero una cosa es indiscutible: corren tiempos en los que el debate, la reflexión, el análisis y las consideraciones sobre la actitud y la faceta mental del deportista están cobrando tanta o más fuerza que el trabajo de los músculos o la técnica. Es algo más que una moda, es una tendencia. Incluso, algo más que una tendencia, un signo en la evolución del deporte que ha venido, felizmente… para ya nunca irse.
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